Nada malo puede habitar en tales templos.
Porque si el mal tuviera una morada tan bonita,
El bien querría vivir en su casa.
- William Shakespieare, "La tempestad".
Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe en la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre...
muy buena...
ResponderEliminarSolo eso?
ResponderEliminarTambién te diría que te aplicases esas frases a tí misma...
ResponderEliminarExplícate.
ResponderEliminarEn este caso, sobran las explicaciones, piensa en tí como en un templo.
ResponderEliminar:)
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