Los que hemos nacido para destruir, no necesitamos una razón para hacerlo. Mucho menos una razón de por qué hemos nacido así. No me importa lo que no sé. Mi poder está concentrado en el disfrute de mi corazón. El mundo no aprende, no entiende, que lo que hago es por mí. Así es como vivo.
Los que hemos nacido para destruir, no tenemos absolutamente ninguna necesidad de ser dependientes. Mucho menos creemos que haya una buena razón para co-existir con los demás, y tampoco tenemos ningún interés en ello.
viernes, 13 de enero de 2012
Suscribirse a:
Enviar comentarios (Atom)
No hay comentarios:
Publicar un comentario