viernes, 6 de enero de 2012

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Los monstruos existen y están entre nosotros. Los más temibles ni siquiera lo parecen, pero la mayoría de las veces, nos los inventamos. A veces ves monstruos en todas partes, y sin darte cuenta, te conviertes en el monstruo que vive escondido porque tiene miedo que se rían de él, de que le hagan daño. Estás a gusto en el silencio y en la oscuridad, muchas veces los monstruos lo son porque nadie ha intentado comprenderlos.

Todos llevamos un monstruo dentro, el dolor hace que salga fuera, pero con un poco de comprensión, con un poco de luz, puedes sentarte a cenar con el monstruo y conocerlo un poco mejor, y convencerle de que no está solo, de que ahí fuera hay todo un mundo lleno de vida, y de que puede saltar de un cuento para no dormir, a un cuento para soñar para toda la vida.

2 comentarios:

  1. A veces los monstruos no son en realidad monstruos, solo personas incomprendidas que han acallado durante demasiado tiempo su voz, pero basta con que alguien sepa escucharla y comprenderla, para que deje de sentirse diferentes, ajenas a un mundo que parecia no hecho para ellas.
    Los monstruos no existen, y si existieran no serian aquellos que se creen monstruos, sino aquellos que dicen temerlos.

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  2. De eso se trata. Los monstruos sí existen. Están entre nosotros, puede que bien escondidos, pero están.

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