martes, 20 de diciembre de 2011

86

Cuando el miedo y el frío hacen de ti una estatua en tu propia cama, no ansíes que la verdad pura y dura acuda en tu auxilio. Lo que necesitas es el mullido consuelo de un relato. La protección balsámica, adormecedora, de una mentira.

No hay comentarios:

Publicar un comentario