miércoles, 14 de diciembre de 2011

75

Creí entender este mundo,
sabía que sin espera no hay decepción.
Me resguardé en la soledad y el destierro.
Me arruyé en ataúdes de desierto
pero aún así volvía a caer.

Ese sueño profundo me dominó.
Busco calmar mi sed,
Lamiendo un rastro de polvo y cenizas.

Mi corazón ruge de dolor,
Mis latidos reclaman la muerte con furia...
Y ella los seduce con abrazos y susurros de calma.
Con cada respiro desfallezco en un inmenso vació,
Como succionado por la imparable tentación de la nada.

Deseo que todo acabe.
Tan sólo busco el dormir.
Quisiera olvidarme de todo
Y pasar desapercibido entre el polvo del tiempo.
No tengo ganas de continuar.
Y buscar se me ha hecho tan pesado y doloroso
como respirar sumergido en el océano.

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