483

Y él que sólo quería acostarse con ella, acabó por verla dormir. Terminó por secar sus lágrimas, escuchar sus problemas y yéndola a recoger después de sus clases. Él, que sólo quería tocar su cuerpo, acabó por llevarla de la mano después por la calle. Él, que sólo quería un lío de una noche, se convirtió un adicto de sus besos, de su pelo, de ella. Pasó de querer comérsela a querer comerse el mundo con ella.