El hombre es menos sincero cuando habla por cuenta propia. Dadle una máscara, y os dirá la verdad.
jueves, 16 de febrero de 2012
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Para aquel que roba, o pide prestado un libro y a su dueño no lo devuelve, que se le mude en sierpe en la mano y lo desgarre. Que quede paralizado y condenados todos sus miembros. Que desfallezca de dolor, suplicando a gritos misericordia, y que nada alivie sus sufrimientos hasta que perezca. Que los gusanos de los libros le roan las entrañas como lo hace el remordimiento que nunca cesa. Y cuando, finalmente, descienda al castigo eterno, que las llamas del infierno lo consuman para siempre...
Sin mascaras he hablado, y más sincero no he podido ser. Soy un hombre, solo eso, pero estoy aquí, a tu lado.
ResponderEliminarMi pequeño lobo...
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